viernes, 14 de agosto de 2009

¿Hablamos el mismo idioma? __________________


Después de un mes y medio entiendo mucho de lo que la gente habla, pero al principio me planteaba una y otra vez si aprendí el mismo idioma. No es solo la diferencia entre la intención del uruguayo y el español al preguntarte si necesitas que "te coja algo", ya que ese es un verbo de sobra conocido, es en el lenguaje de las cosas diarias cuando surgen las confusiones principales.

Un día cualquiera salgo del laburo y tomo el ómnibus de vuelta a casa. Tras tomar unos mates con bizcochos con los gurises, decido salir a comprar la cena. De entre el kilombo de mi cuarto agarro un buzo y una campera y me voy hacia el shopping. A dos cuadras me encuentro a una mina que me reta por no haberle hecho un ring al celular la pasada noche en un boliche. En el almacén compramos choclo, hongos y crema para cenar. De postre, torta de durazno con frutilla y azúcar impalpable. Cuando vuelvo a casa, prendo la luz, guardo lo que compré en la heladera y agarro el control remoto para ver el noticiero.

Fácil, ¿no?

Además de palabras hay expresiones como: "Buenísimo", "Está de más", "Buena onda", "Salado", "Bo", "Ta",... Añadiendo el "re" todo se multiplica al cuadrado. Y si algo es muy muy mucho se añade "Re contra...". Otra de las formas de crear palabras preferidas de los uruguayos es dándole la vuelta a las sílabas; de ahí nace "yorugua" o "doargen". Para saludar, todo se hace en singular: se da un beso y se dice "Buen Día" y para despedirse un "Chau" y el beso que faltaba. El pasado es pasado imperfecto y bien simple: "yo comí", nada del "he comido"; una tradición muy gallega. Pero sin duda, mi favorito es el refrán "Más fuerte que empanada de mentitas".


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